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lunes, 20 de junio de 2011

Testigo de los Testigos de Jehová



"Infiltrado" en una predicación puerta a puerta
Levante-EMV.com » Comunitat Valenciana 
link http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2011/06/19/testigo-testigos-jehova/817313.html 
 

Un ejército de predicadores a domicilio recorre a diario las casas de todo el mundo: son los Testigos de Jehová. Aferrados a la Biblia y a las ideas de los primeros cristianos, divulgan su fe puerta a puerta. ¿Pero qué respuesta reciben en estas visitas? Un periodista de Levante-EMV, con el permiso de la organización religiosa, vive un día de predicación por las casas de Valencia junto a un Testigo real.

PACO CERDÀ, VALENCIA -"Hola, buenos días, somos Salvador y Paco, y le traemos una invitación personal para que pueda venir a una conferencia que tiene mucho que ver con nuestra propia vida, la de todos. Si quiere coger esta hoja de información...".

Un ama de casa que acaba de abrir la puerta, con delantal y trapo de cocina en la mano, balbucea una escueta negativa y rechaza el folleto antes de cerrar la puerta en las narices de Salvador, Testigo de Jehová y predicador a domicilio desde hace 37 años, y el periodista vestido de Testigo (camisa, corbata, maletín), que se ha infiltrado con permiso de esta organización religiosa para conocer de primera mano la vida de un testigo y las reacciones de la gente. Pero esto es sólo el primer portazo. Estamos en el piso 15 de un bloque de 60 puertas de la avenida Hermanos Maristas de Valencia y queda toda una mañana por delante de predicación casa por casa.

En el segundo rellano de arriba a abajo (es más cómodo ir bajando escaleras), un hombre mayor mira extrañado desde detrás de sus gafas y apenas deja terminar la frase inicial. "No, no quiero saber nada", dice antes de meterse en su hogar. Algo más de suerte en el tercer rellano. Un chico joven acepta el pasquín -parece que por compasión- y se despide. En la hoja, titulada "¿Arruinará el hombre el planeta Tierra?", se invita a una conferencia titulada "Venga tu reino" (26 de junio en Feria Valencia) en la que "se explicará cómo nuestro planeta se transformará en un paraíso y qué deben hacer usted y su familia para disfrutarlo". En el descansillo, Salvador anota la puerta del "éxito". "Donde vemos algo de receptividad, volvemos más adelante", explica. Son las revisitas de los Testigos.

El abanico de reacciones se va ampliando. En el cuarto piso, según se baja, una voz de mujer responde al timbrazo desde detrás de la mirilla coronada con una imagen de Cristo.

-"¿Quién es?", pregunta sin abrir.
-"Hola, buenos días, somos Salvador y Paco...".
-"Ya, pero ¿qué son? ¿Son Testigos de Jehová?".
-"Sí, y venimos a traerle...".
-"No, no, hasta luego".

En el quinto rellano nadie abre la puerta. Pero se oyen grifos abiertos y pasos tras unas mirillas que se oscurecen de forma sospechosa. Tal vez sea mejor eso que no lo visto un piso más abajo. Un hombre de mediana edad da un portazo nada más abrir y ver a la pareja del maletín. Sin mediar palabra, sin escuchar, sin decir adiós. Portazo. "Es habitual", apunta Salvador sin inmutarse. "Hay dos versiones de portazos: los que no dicen nada y los que cierran mientras te dicen algo malo", matiza.

No le afectan los portazos
Son ya siete pisos de portazos, desplantes, malas miradas y mirillas escrutadoras. Uno, que sólo está de paso y que poco le va en esta misión, siente la autoestima menoscabada. Salvador no. ¿No es humano, no tiene sentimientos? "Sí, pero es que todas esas reacciones no se las hacen a Salvador como persona, porque a mí ni me conocen, sino que lo hacen por la concepción que tienen de los Testigos de Jehová. Pero si supieran los que se nos viene encima...", responde.

Hasta ahora, Salvador parece un comercial de Dios al que no le dejan ni siquiera enseñar el producto que "vende". No puede ni hablar de Jehová, de la Biblia o de algo mínimamente complejo. A lo sumo que aspira es a que le acepten el folleto de la asamblea. "Pero no hay que desanimarse", cuenta en el octavo descansillo. Por eso, ahora que está en paro (ha trabajado 25 años en Telefónica y ha hecho de maestro de autoescuela), Salvador sale a predicar por su ruta asignada cuatro días a la semana. De 10 a 13.30 y de 16.30 hasta última hora de la tarde. Casi 30 horas de prédica semanal puerta a puerta. A ese ritmo salen 120 horas de un trabajo no remunerado al mes que es admirado por su familia (también son Testigos su mujer, su hijo y su nuera). ¿Y a cuántas personas logra convencer y atraer hacia la fe de los Testigos de Jehová? ¿Uno a la semana, uno al mes? Salvador sonríe. "El último hermano que se bautizó gracias a mí fue Miguel. De eso hace casi dos años", responde.

Cada cinco años puede convencer a dos personas, asegura. Y hay Testigos de Jehová -con un menor ritmo de predicación, "cada uno hace lo que puede"- que no consiguen convencer a nadie en toda su vida. "Pero de uno en uno, cada año se bautizan 300.000 Testigos de Jehová nuevos en todo el mundo", precisa Salvador con un optimismo difícil de compartir. Eso sí: advierte que "no se trata de captar por captar", sino de acercar la Biblia a la gente para hacer cumplir el mandato de Mateo 24:14: "Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin".

"Venga, que tengo prisa"
Noveno piso. Dos vecinas salen de su casa y aceptan el folleto, sin más. En la planta de abajo, más grifos corriendo y puertas que no se abren. Salvador anota los números en los que no ha encontrado respuesta. Volverá en otra ocasión. En el piso onceavo, dos puertas abren al mismo tiempo. Las vecinas se saludan y Salvador bromea sobre los perritos que enseguida se echan a sus piernas y también alaba la "buena vecindad que se conserva". Ni con ésas. La más joven se excusa ("no me puedo entretener") y la otra coge el camino más corto: "¿Qué son, Testigos de Jehová? Venga, díganme, que tengo un poco de prisa". Apenas unos segundos después, se refugia en casa con la hoja en la mano.

Ya queda menos. Después de colocar otra hojita en el rellano número 12, una planta más abajo llega la sorpresa. Abre la puerta María, una hermana de los Testigos de Jehová. Salvador -fiel al pacto- presenta a su compañero como "un hermano que está de visita". María insiste en que pasemos a descansar. Ya en el salón, le cuenta a Salvador que estaba leyendo el libro bíblico de Ezequiel y acababa de escribir algunas cartas. "Estoy muy mal de las cervicales y puedo predicar poco. Salgo los sábados, pero eso sí: espero con avidez a que lleguen las revistas (Atalaya y Despertad, órganos oficiales de la organización religiosa internacional) porque me las leo con ansias", asegura.

"No quiero saber nada de ustedes"
Minutos después de la hospitalaria acogida, y en el penúltimo rellano, llega la cruda realidad. Un hombre con espeso bigote, nada más abrir la puerta y evitando los circunloquios, espeta:
"¿Ustedes de qué son?". "Testigos de Jehová", contesta Salvador, que siempre esconde la palabra consciente de que al usarla cava su tumba frente a un desconocido. Al oírlo, el hombre empieza a hacer aspavientos con los brazos. "¡No quiero saber nada, no me interesa y no les puedo atender!", dice antes del desagradable portazo.

Más de dos horas después, la visita llega a la última planta del bloque, que es la primera. Una mujer mayor abre la puerta. "
Yo soy muy creyente, pero no sé leer", se excusa al aceptar la hoja. "Miren, miren, aquí tengo a Jesús", presume mientras señala la cómoda del recibidor. Salvador se interesa por el olor que exhala su cocina. "Sólo es arroz a la cubana", resta importancia ella antes de desgranar la humilde receta. Salvador se muestra muy interesado y le pide que algún familiar le lea la invitación, porque en ese acto "se hablará de cómo el mundo va de mal en peor". "Sí, sí, estamos corrompidos -responde la mujer-, pero creo que el Señor con tanto mal ya no puede". La visita llega a su fin. Mientras Salvador recupera la corbata y el maletín prestados, uno piensa en la advertencia que recibió del amable Testigo al concertar el reportaje: "Ya lo verás: ésta es una vida muy dura...". Palabra de Salvador.

Más de 12.000 fieles en la C. Valenciana
En todo el mundo hay más de 7,5 millones de Testigos de Jehová organizados en más de 107.000 congregaciones. En España son algo más de 110.000 testigos y en la C. Valenciana superan los 12.000 miembros activos (es decir, que predican casa por casa). Su fe dice apegarse por completo a la Biblia para recuperar el modo de vida y las ideas de los primeros cristianos. Son conocidos por rechazar las transfusiones de sangre, la homosexualidad, la blasfemia o el tabaco y las borracheras. Aparte de la prédica, se reúnen dos veces por semana para celebrar 5 reuniones en el Salón del Reino (su "Iglesia"), donde estudian la Biblia y aprenden a predicar. Los últimos datos dicen que en la C. Valenciana hay 157 congregaciones y 92 templos de Testigos. El 94% de sus ingresos procede de "donaciones voluntarias y anónimas".

 

 

Concurrida reunión de los Testigos de Jehová

link http://www.noticiasnet.com.ar/?se=16&id=103342 
20-06-2011 - 00:30:00




El gimnasio municipal recibió a los fieles.
Concurrida reunión de los Testigos de Jehová Más de quinientas personas participaron de la asamblea anual que tuvo como lema “Ustedes no son parte del mundo”.

Viedma. Con la presencia de más de quinientas personas de toda la región, se llevó a cabo este fin de semana en el gimnasio Fioravanti Ruggeri la asamblea de circuito de los Testigos de Jehová.


El evento contó con la presencia del orador visitante, Marcos Ledesma, en representación de la Asociación de Testigos de Jehová.

Según informaron desde la organización, las actividades comenzaron el sábado y se extendieron hasta ayer pasadas las 16 bajo el lema “Ustedes no son parte del mundo”, centrando la atención en “las palabras de Jesús dirigidas a sus discípulos y registradas en Juan 15:19 de la Sagrada Biblia”.

Durante las dos jornadas que duró la asamblea hubo diferentes sesiones de simposios y demostraciones para un auditorio compuesto por personas de todas las edades.

“El programa ayuda a los presentes a desarrollar un punto de vista positivo respecto al futuro, previendo las amenazas a nuestra espiritualidad”, afirmaron desde la organización.

Cuando la fe pone en juego la salud

 Laura Tardón | Madrid Actualizado lunes 20/06/2011 08:03 horas
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/06/17/noticias/1308330924.html


Negarse a recibir una transfusión de sangre o rechazar la epidural antes de dar a luz. Según las creencias religiosas, hay quien se resiste a la donación de órganos por su fe en la resurrección del cuerpo. Y así, un sinfín de situaciones con las que los médicos pueden encontrarse en su quehacer diario. Aunque desde el punto de vista ético existe un consensuado principio de respeto, algunos casos se desarrollan con cierto grado de polémica.
El pasado mes de mayo, la Audiencia de Lleida se pronunciaba sobre un paciente testigo de Jehová que recibió una transfusión de sangre cuando estaba ingresado en el hospital. Los médicos le comunicaron que necesitaba dicho procedimiento y el enfermo lo rechazó alegando motivos religiosos. El equipo médico acudió a la justicia al considerar que "era el tratamiento adecuado ante el riesgo vital que presentaba" y finalmente se la pusieron. Después, el paciente recurrió y ahora la Audiencia ha fallado a su favor, considerando que la decisión sobre su cuerpo está amparada en la ley. "No resulta justificada la imposición obligatoria de la intervención médica en contra de la clara e inequívoca voluntad expresada por el paciente, que se encontraba consciente y orientado", según el órgano judicial.
Para un testigo de Jehová, como Antonio Lisaso (65 años), recibir una transfusión de sangre se puede entender como un pecado. "Según la Biblia, en tiempos de Noé se permitió comer carne, pero sin sangre, y esta pauta se repite y se aplica a toda la Humanidad. La sangre tiene un valor sagrado que respetamos firmemente y entendemos que debe extenderse también a las transfusiones".

Cirugía sin sangre

Hace seis años, a Antonio le detectaron un tipo de cardiopatía. "Tenían que ponerme un triple bypass coronario, pero yo tenía claro que no quería someterme a transfusiones de sangre". Para casos como el suyo existe una alternativa: la cirugía sin sangre.
En estas intervenciones, "se utilizan reprogramadores de sangre autóloga (propia), es decir, se recupera la sangre que se pierde, se filtra y se vuelve a poner", argumenta Adrián Alegre, jefe de servicio de Hematología del Hospital Universitario La Princesa de Madrid. Según explica, también se pueden emplear agentes como la eritropoyetina, que sirve como estimulante de los glóbulos rojos.
"Los profesionales que realizan estas cirugías han de ser muy cuidadosos para evitar puntos sangrantes. Son intervenciones más delicadas y más prolongadas", añade el hematólogo. "El paciente debe firmar un consentimiento informado y conocer los riesgos que entraña". Con esta práctica, agrega, "aumentan las probabilidades de sufrir isquemia coronaria, por ejemplo".

Al filo de la muerte

La situación se vuelve más delicada si en lugar de una intervención programada se tratara de una emergencia y el paciente ha perdido mucha sangre. En estos escenarios, indica Alegre, "utilizamos unos fluidos macromoleculares con alta capacidad para estabilizar hemodinámicamente al paciente. A veces contienen sustancias que favorecen la coagulación de la sangre (para las hemorragias)". En ocasiones , reconoce el experto, "se plantean problemas éticos cuando alguien se niega a recibir transfusiones, aunque la ley le ampare".
Josep Maria Busquets, secretario del Comité Consultivo de Bioética de Cataluña, lo explica así: "Si siendo capaz y consciente la persona comunica su voluntad de no ser transfundida, hay que respetarlo". Incluso en caso de vida o muerte: "Si para esta persona es más importante mantener sus convicciones que su vida, se tiene que respetar". En el caso de los menores, la decisión se complica y en numerosas ocasiones resulta necesaria la intervención de un juez.
Si a Antonio se le planteara una situación de tal emergencia, lo tiene claro: "No me sometería a transfusiones de sangre. No somos suicidas, no buscamos la muerte, pero queremos ser coherentes con la voluntad del creador. Entendemos la transfusión de sangre como una intromisión a nuestro cuerpo, como si una mujer fuera violada".
La realidad multicultural en España es un hecho incuestionable que también se refleja en el ámbito sanitario. Así, por ejemplo, algunas mujeres prefieren sentir el dolor del parto por convicciones religiosas y rechazan, por lo tanto, la anestesia epidural. Otras, las musulmanas, se niegan a ser atendidas por médicos varones.
El Ramadán también puede interferir en el manejo de algunos pacientes. "Normalmente, los medicamentos se toman cada ocho horas. Si la persona está haciendo esta práctica de ayuno del islam, hay que buscar fórmulas unidosis y no siempre es posible", afirma Jorge Soler, médico de familia, profesor en Medicina de la Universidad de Lleida y experto en la salud de los inmigrantes. "Y si el paciente es diabético, controlarle en estas condiciones es muy difícil", aunque parece que las cosas están cambiando. "Ya se contempla la salud como excepción para realizar esta práctica", apunta el doctor Busquets.

¿Donaciones vetadas?

Algo parecido ocurre con la donación de órganos. A principios de este año, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) publicó una encuesta sobre las actitudes de la población inmigrante ante la donación y el trasplante. Según los resultados, el 37,8% de la población estadounidense y el 34,7% de la subsahariana no estaban dispuestas a donar sus órganos. "Muestran mayores reticencias porque muchos de los creyentes creen que el islam no permite la donación de órganos y esto no es cierto", afirmaba Rafael Matesanz, director de la ONT. Tienen miedo a desafiar a las leyes naturales de Dios y se mueven por el deseo de un funeral tradicional en el que el cadáver no haya sido tocado.
Es precisamente este campo en el que la ONT y la Fundación Pluralismo y Convivencia se han propuesto trabajar. El islam sí permite las donaciones y el trasplante. De hecho, continúa Matesanz, "hay países de religión islámica que tienen un sistema de donación bastante desarrollado, como Arabia Saudí, tanto de vivo como de cadáver". Para desmitificar dicha creencia, ambos organismos contactan con líderes religiosos y les informan sobre cómo funcionan las donaciones, para que después ellos transmitan y aclaren a sus fieles sus dudas.

Latinos dan otro rostro a Testigos de Jehová en Yuma



Cada vez más hispanos se unen a las filas de esa congregación en Arizona

MARA KNAUB / Associated Press | 2011-06-20 | La Opinión

María Luisa García
YUMA, Arizona.— María Luisa García lagrimea cuando recuerda cómo fue que empezó a funcionar la pujante comunidad de Testigos de Jehová hispanos de Yuma.

"Empezamos con cinco personas, y mira cuánto hemos crecido. Ahora hay muchas congregaciones. Lloro en las convenciones al ver lo que hemos crecido", relata con la voz quebrada.

Ese pequeño grupo de cinco mujeres dio paso a más de una decena de congregaciones con unos 1,300 testigos de Jehová, a los que se suma mucha gente que asiste como observadores a las dos reuniones semanales que organizan. En el condado de Yuma hay hoy 12 congregaciones hispanas y cuatro en las que se habla inglés.

Cuando García llegó de México en 1953, no había una sola congregación hispana oficial en el condado.

A poco de llegar, García, quien hoy tiene 77 años, comenzó a estudiar la Biblia con Testigos de Jehová.

Sin embargo, su intención inicial no fue hacerse Testigo de Jehová. A su arribo, su madre ya estudiaba con ellos. Ella, que había sido criada como católica y tenía por entonces unos 20 años, se preocupó de las enseñanzas que le impartían los testigos a su madre.

"Al principio lo único que quería era ver qué le enseñaban a mi madre. Tal vez la estaban engañando. Empecé a leer sus revistas (Watchtower y Awake, o Atalaya y ¡Despertad!) y me gustaron. Pensé que era algo muy lindo", rememora García.

En 1954, ella y su madre se hicieron bautizar, con lo que pasaban a ser formalmente Testigos de Jehová. Madre e hija fueron dos de las cinco integrantes del grupo inicial.

Las dos dirigían el grupo, realizaban reuniones y cumplían todas las tareas, desde manejar la contabilidad hasta organizar plegarias en las casas, una de las facetas más conocidas de los testigos.

El grupo se reunía en un pequeño salón llamado Kingdom Hall (Salón del Reino), el nombre que se le da a los sitios de encuentro de los testigos, en la Calle 10 y la Sexta Avenida, donde ya funcionaba una congregación anglo.

Al construirse un nuevo Kingdom Hall en la Avenida A a principios de los 70 para acomodar a la congregación anglo, el pequeño grupo de hispanos se fue con ellos. El salón alberga varias congregaciones, tanto anglo como hispanas.

Los hispanos recibieron un gran impulso con la llegada de Pedro Rojas, procedente de California, en 1968. Rojas fue el primer elder, o siervo ministerial, cuando el grupo pasó a ser una congregación oficial.

Cuando llegó Rojas, la congregación contaba con 40 personas. En determinado momento se dividió en dos congregaciones, las cuales siguieron multiplicándose hasta llegar a 12.

"Nos desbordamos", comenta Ricardo Rodríguez, quien llegó a Yuma en 1974, cuando todavía había una sola congregación. "Entre los pioneros figuran Pedro Rojas, Enrique Ramos, Eleuterio Ceniceros y Wilfredo Ponce".

"Sus esposas los apoyaron. Mujeres como Jessie DeAnda y la finada Lidia Ponce figuraron entre las fundadoras que dedicaron sus vidas a este trabajo", señala Jaime Medina, un siervo ministerial de la congregación.

Hoy hay cinco Salones del Reino, tres en Yuma, uno en Somerton y otro en Wellton. En la zona de Yuma y Wellton, unos 700 testigos y observadores que hablan español se reúnen en seis congregaciones.

El crecimiento más grande se da en San Luis y Somerton, donde hay unos 600 testigos hispanos distribuidos en seis congregaciones, sin contar las personas que no son testigos, pero asisten a sus encuentros como observadores.

El crecimiento es de tal magnitud que no hay espacio para más congregaciones en el Salón del Reino y están buscando una propiedad en San Luis para un nuevo salón.

Los testigos son conocidos por llevar su mensaje de puerta en puerta. García dijo que sus miembros se pasaron días enteros predicando, de ocho de la mañana a nueve de la noche, en San Luis, Somerton, Gadsden, Yuma, Wellton y las haciendas de la zona.

¿Por qué predican con tanto fervor? "Queremos que la gente comprenda lo que hará Jehová en el futuro", explica García.

Rodríguez, por su parte, afirma que "ofrecemos estudios de la Biblia gratis y eso lo aceptan muchos. Son estudios sin obligaciones. Pero la gente compara lo que aprenden con la Biblia y llega un momento en el que deciden hacerse testigos. Nadie los empuja. Es una decisión personal".

Hoy "la gente está agobiada por problemas económicos o busca algo mejor y la idea de un Nuevo Mundo les resulta atractiva", manifestó Medina.

Los testigos creen que un día la Tierra se transformará en un paraíso, siguiendo el plan original de Dios.

Tony Romero, otro elder, dice que mucha gente piensa que los testigos no creen en Jesús.

"Sí que creemos. Es nuestra única forma de salvación, nuestro rey. Como cristianos, seguimos a Cristo cuando dijo en Mateo 28:19, 20 'vayan y consigan discípulos".

Aproximadamente 1,300 testigos hispanoparlantes que viven en la zona asistieron a la Convención de Distrito del 2011 en San Diego, entre el 27 y el 29 de mayo.

El programa se desarrolló en inglés y en español.

Las 12 congregaciones hispanas de Yuma se unieron a más de 33,000 personas que asistieron el encuentro en el estadio Qualcomm.
Información de The Sun, http://www.yumasun.com




 


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