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viernes, 9 de diciembre de 2011

Texto Diario Sábado 10 de Diciembre


Dios es amor (1 Juan 4:8).
Una prueba palpable del amor de Dios es el hecho de que diera a los seres humanos un cuerpo maravillosamente diseñado y los instalara en un hermoso hogar dotado de todo lo necesario para que fueran felices (Gén. 1:29-31; 2:8, 9; Sal. 139:14-16). Pero una vez que la maldad se introdujo en el mundo, Jehová expresó su amor de nuevas formas. ¿Cuáles? El apóstol Juan indica una de ellas al citar estas palabras de Jesús: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). ¿Podría haber demostrado su cariño de mejor manera que enviando a su Hijo para rescatar a los pecadores? (Juan 15:13.) ¡Qué ejemplo de amor abnegado! Sin duda, debemos esforzarnos, como Jesús, por manifestar a diario esta cualidad divina (Juan 17:25, 26). w10 15/1 4:11

Texto Diario Viernes 9 de Diciembre


Regocíjense en la esperanza. Aguanten bajo tribulación. Perseveren en la oración (Rom. 12:12).
El capítulo 12 de Romanos nos enseña cómo debemos reaccionar ante la oposición. Jamás tomamos represalias; al contrario, respondemos con actos de bondad. Hacemos lo posible por vivir en paz con todo el mundo, pero sin violar los principios bíblicos. Y aunque la oposición que enfrentemos sea feroz, tratamos de vencer el mal con el bien y nunca olvidamos que la venganza le pertenece a Jehová. Además de todos estos atinados y prácticos consejos, Pablo da tres exhortaciones. Nos dice que “persevere[mos] en la oración”, pues sería imposible seguir todos los consejos del capítulo 12 de Romanos sin la ayuda de Jehová. La oración nos ayudará también a seguir la segunda recomendación de Pablo: “Aguanten bajo tribulación”. Y por último, nos anima a mantener nuestra mirada fija en el futuro que Jehová ha preparado para nosotros. Así nos “[regocijaremos] en la esperanza” de la vida eterna, sea en los cielos o en la Tierra. w09 15/10 2:17, 18

Texto Diario Jueves 8 de Diciembre


Ustedes ciertamente verán de nuevo la distinción entre [un hombre] justo y uno inicuo, entre uno que sirve a Dios y uno que no le ha servido (Mal. 3:18).
Reflexionemos en estas palabras y preguntémonos: “¿Trato yo de encajar en el mundo, o procuro ser distinto? ¿Busco a toda costa que me acepten mis compañeros de estudio o trabajo? ¿O mantengo una postura firme y, cuando hace falta, explico mis principios?” (1 Ped. 3:16). Claro, no queremos parecer santurrones, pero sí debe notarse la diferencia entre nosotros y quienes no aman ni sirven a Jehová. Si usted cree que debería mejorar, pídale ayuda a Jehová y fortalezca su espiritualidad estudiando las Escrituras, orando y asistiendo a todas las reuniones. Cuanto mejor asimile las enseñanzas bíblicas, más claro se verá en su vida el “fruto excelente”, el cual incluye “el fruto de labios que hacen declaración pública” del nombre de Dios (Mat. 7:17; Heb. 13:15). w10 15/1 3:4, 5

Texto Diario Miércoles 7 de Diciembre


Deben vestirse de la nueva personalidad (Efe. 4:24).
Tenemos que seguir los pasos de Jesús al mayor grado posible y así cumplir con nuestra dedicación incondicional a Dios. Por eso nos esforzamos día a día por desnudarnos de la vieja personalidad y vestirnos con la nueva (Efe. 4:20-23). Cuando admiramos a un amigo, tratamos de copiar su ejemplo y cualidades. ¡Con cuánta más razón deberíamos aprender de Cristo e imitarlo! Eso exige que respetemos el medio por el que Jesús dirige a sus discípulos. Al frente de cada congregación ha puesto a los ancianos, hombres que, aunque no son perfectos, demuestran madurez espiritual. Y los ha nombrado con el fin de “[reajustar a] los santos [...] para la edificación del cuerpo del Cristo” (Efe. 4:11, 12). Si alguien comete un error, Jesús, el Rey Mesiánico, se encargará de resolver el problema del mejor modo y en el momento más oportuno. ¿Confiamos en que realmente lo hará? w10 15/3 1:13, 14

Texto Diario Martes 6 de Diciembre


Regocíjense con los que se regocijan; lloren con los que lloran (Rom. 12:15).
El consejo de Pablo que se registra en este versículo puede resumirse en dos palabras: mostrar empatía. Tenemos que aprender a comprender y compartir los sentimientos ajenos. Si fulguramos con el espíritu, los demás percibirán que nos alegramos por las cosas buenas que les ocurren y que nos compadecemos de su dolor. Jesús era así. Él compartió la alegría de los 70 discípulos que envió a predicar. Cuando ellos le contaron lo bien que les había ido, “se llenó de gran gozo en el espíritu santo” (Luc. 10:17-21). En cambio, cuando murió su amigo Lázaro, lloró con los que lloraban (Juan 11:32-35). Debemos seguir el ejemplo de Jesús. Debemos compartir las alegrías de nuestros hermanos, pero también ser sensibles a su dolor. Algo que puede aliviar a un hermano que se siente afligido es escucharlo con paciencia y ponerse en su lugar. w09 15/10 1:15, 16

Texto Diario Lunes 5 de Diciembre


Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra (Juan 4:34).
La dedicación es causa de felicidad, pues implica entregarle a Jehová nuestra vida, y como dijo Jesús: “Hay más felicidad en dar que en recibir” (Hech. 20:35). Durante su ministerio en la Tierra, el Hijo de Dios vivió de acuerdo con ese principio fundamental y experimentó la alegría de ser generoso. Cuando hacía falta, sacrificaba el descanso, la comida y su comodidad personal para enseñar a la gente el camino a la vida. Y nada le producía tanta satisfacción como complacer a su Padre. Por eso dijo: “Yo siempre hago las cosas que le agradan” (Juan 8:29; Pro. 27:11). Jesús les mostró a sus discípulos la forma de vivir que da más alegrías: “Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo” (Mat. 16:24). Cuando nos repudiamos —es decir, cuando renunciamos al control sobre nuestra vida—, nos acercamos al Dios de amor. ¿Podríamos estar en mejores manos? w10 15/1 1:16, 17

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